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Bewertung
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Experiencia agridulce. Nada más entrar, aún habiendo reservado, nos recibió una mujer a la que le costó 15 minutos recibirnos y atendernos. Estuvimos media hora esperando un simple agua, cuando decidieron atendernos esa misma mujer nos negó el menú calçocata, el cual ni publicitan en redes, ni tampoco nos informaron al reservar. Tras esa larga media hora, finalmente nos recibió el dueño, encantador, el cual cambió de forma radical la experiencia e impresión que estábamos teniendo. Accedió a hacernos la calçotada, exquisita, acompañada de una botella de vino y cava de cosecha propia. A nivel gastronómico es un verdadero deleite; a nivel de organización interna, algunas cosas tendrían que camb...