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Bewertung
★
Pasando por alto varios desprecies y malas contestaciones por parte de los dueños debido a la proximidad, la gota que colmó el vaso fue el día que pedimos unas bravas y nos l’as sirvieron quemadas, al reclamar la dueña gritando decía que estaban doradas cosa que cualquiera podría apreciar que no era así. Finalmente la cocinera salió de la cocina con un plato nuevo de bravas súper corto en cantidad y nos lo soltó en la mesa de malas maneras al punto de el plato golpear la mesa y hacernos saltar de la silla. Es una lástima que un local grande y espacioso cuente con unos propietarios tan desagradables, soberbios y poco profesionales. La gente puede acudir y probar en sus carnes la « simpatía »...