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Bewertung
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Restaurante en un casón cántabro. accedimos al comedor a través de la cocina, aunque tiene entrada directa. mantel de tela, como las servilletas, el comedor está en lo que era el salón de la casa. Servicio perfecto, tanto el joven como la mujer que nos atendieron. La comida exquisita, destacando la albóndiga de calamar. Solo ponen una por comensal por su elaboración. Bocartes rebozados de 10, hechos en su punto, no pasados como a alguien puede gustarle. Merluza también en su punto, tienen cogida la mano a su guisado. Destacan también por sus arroces. No pude más que aprovechar la salida por la cocina para felicitar a las tres personas que estaban trabajando en ella.