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Bewertung
★
Lo primero el camarero. Las ganas que tenía de servir eran de -8. Me puso unos pintxos y tuve que pedirle yo dos platos para poder comer. Tuve que pedirle los cubiertos, me puso unos solo, cuando estaba viendo que éramos dos porque le pedí dos platos. Tienen un toldo con una barra de hierro a una altura ridícula, me dí un golpe del que se me calló uno de los platos (porque ellos no sirven en la terraza) y al volver a pedir el pintxo nos lo volvió a cobrar. Se dió otro chico el mismo golpe a los 10 minutos. El camarero al comentárselo se reía y decía que era algo normal (completamente sin sentido). Las croquetas malas y frías por 7 euros. Se llevó el premio al sitio en el que peor comí en Bil...