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★
Fuimos a comer un domingo dos adultos y dos niños. Mi hija y yo pedimos dos raciones de costilla a la brasa. La realidad es que no todo lo que nos pusieron era costilla; aproximadamente la mitad era filete o entrecot partido a trozos alargados, simulando ser costilla. Tanto lo que era como lo que no, tenía una textura dura y gomosa, muy difícil de masticar y menos de trabar. Mi otro hijo pidió un plato infantil, consistente en dos hamburguesas emplatadas con patatas. Como comía muy lento y decía que no le gustaba, probé un trozo de hamburguesa... y le dije que lo dejara, que no comiera más. Nunca en mi vida he comido una carne tan rancia, incluso dudaría de se estado sanitario. Sencillamente...